Era finales de agosto cuando me hice eco de una de las manipulaciones habituales de la junta neonazi de Kiev: decían que habían matado a una internacionalista bielorrusa que se había convertido en un icono para las milicias. Se llama Natalia Krasovskaya y ha combatido desde el principio, estuvo en Slavianaks, luego en Donestk y su última aparición pública fue en el vídeo con el que las milicias desmentían su muerte y que os puse en el artículo en el que hablaba de ella y otras milicianas, y en el que también os informaba sobre las conversaciones de Minks de las que iba a salir algo, como así fue.
Entre otras cosas, os hablaba del acuerdo sobre el gas y del precio que se iba a establecer. Lo que yo decía es: "La UE sabe que llega el invierno y el gas es imprescindible, por lo que requiere a los neonazis ucranianos que lleguen a un acuerdo con Rusia en el pago del gas porque tiene miedo de que los neonazis roben el gas que va para Europa. De eso se habló también y Rusia está dispuesta a poner un precio bajo al gas a cambio de que se desbloquee el oleoducto que pasa por Bulgaria y que ahora está parado por las presiones de EEUU y la UE. El precio que Rusia quiere poner es de 385 dólares por 1.000 metros cúbicos, que son cien dólares menos que el precio de mercado pero cien más de lo que pagaba Ucrania durante la etapa de Yanukovich porque la malvada Rusia ofrecía a Ucrania un precio barato y subvencionado. La semana que viene rusos y alemanes, en nombre de la UE, van a negociar este asunto. Los nazis de Kiev, como en otras cosas, no van a tener voz ni voto. Sencillamente, se les impondrá algún acuerdo".
Pues bien, ayer se llegó a un acuerdo que es exactamente igual a lo que os adelantaba a finales de agosto. Aún queda por perfilar el tiempo de duración de este acuerdo, puesto que Rusia insiste en que sólo será efectivo si Ucrania paga la deuda anterior, cercana a los 2.000 millones de dólares, pero que a nadie le quepa duda que la UE obligará a los neonazis de Kiev a aceptar el acuerdo aunque haya alguna modalidad de "pago a plazos" o similar puesto que Ucrania está, simplemente, en bancarrota y ni siquiera con los créditos del FMI puede hacer frente a ese pago.
Son muchas las decepciones que generó el acuerdo de Minks y muchas las críticas que ha recibido no sólo en el Donbás, sino sobre todo fuera, entre los solidarios. Pero esas decepciones son consecuencia de una buena falta de análisis, de las contradicciones internas que hay en el Donbás, de la lucha de clases existente, de las fuentes de información que se utilizan. Y de que no se enmarca todo dentro de un contexto geoestratégico que es vital para entender no sólo la situación en el Donbás, sino en todo el mundo como ahora en el caso de la ciudad kurda de Kobani, por ejemplo.
Una de esas fuentes solidarias hizo circular la noticia de que Natalia Krasovskaya sí había muerto, aunque unas semanas más tarde de lo que había dicho Kiev, y que estaba enterrada en la Tumba de Saur (ver esas tumbas aquí junto a un análisis sobre los acuerdos de Minks). Bien, no es cierto. Natalia está vivita y coleando y aquí la tenéis en un mitin en Moscú.
Este mitin se celebró en la plaza de Suvorov y la intervención de Natalia se centró en recordar a sus camaradas caídos (habla de "mis chicos"), en la necesidad de reconocer la independencia del Donbás y en la urgencia de la ayuda directa.
Esta es una excelente noticia y un recordatorio de cómo a veces, más de las debidas, nos hacemos eco de cosas que no son reales.
La otra buena noticia, también excelente, es que la pequeña heroína Victoria Maher ha sido operada en el Instituto de Cirugía Infantil de Moscú y los cirujanos son bastante optimistas sobre la posibilidad de que pueda volver a andar.
El Lince
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