viernes, 19 de septiembre de 2014

Un buen movimiento en medio de la tormenta

Podría haber titulado también este escrito como “segunda aproximación a los movimientos políticos internos en el Donbás” (ver la primera aquí), pero creo que es más poético. Porque lo que está ocurriendo en el Donbás tiene todo el carácter de una tormenta interna. En esta ocasión voy a dejar al margen a Poroshenko, su viaje a EEUU y los movimientos dentro de la junta filonazi de Kiev.

La tormenta en el Donbás tiene mucho que ver con el acuerdo de alto el fuego firmado en Minsk el 5 de septiembre y que también os analicé aquí. Repetir lo dicho no tiene ningún sentido. Pero desde entonces la tormenta no amaina, sino que arrecia. Las noticias surgen, se confirman, se desmienten y vuelta a empezar. No hay nada claro en estos momentos. Quien se aventure a hacer predicciones va a fallar. Seguro. Lo que hay en el Donbás es una lucha, cada vez más vitrulenta, entre los sectores más proclives a un pacto con Kiev (no son nuevos, por otra parte) y quienes apuestan de forma clara por la autodeterminación. Falta por saber si con oligarcas o sin ellos. Es una clara lucha de clases.

A mí me gusta ofrecer datos, así que aquí tenéis un par de ellos. La firma del documento de Minsk (por cierto, hoy se está volviendo a negociar, con los mismos participantes que entonces en la misma ciudad) provocó tal revuelo que dos días después, el 7 de septiembre, el Consejo Supremo de Donetsk tuvo que hacer una declaración pública afirmando que el acuerdo se había firmado “guiándose por la declaración de soberanía de la República Popular de Donetsk”. Tal vez sí, pero eso no se refleja en el articulado, vago e impreciso pero que está siendo considerado como inmutable por Poroshenko sin que por la otra parte no haya una reacción clara. Sólo balbuceos que ponen de manifiesto la lucha sorda que se está produciendo dentro de las repúblicas populares.

Una semana más tarde, o sea, el día 14 de septiembre, el presidente del Consejo Supremo de Donetsk, hizo unas declaraciones en las que se desmarcaba de sus antecesores, de forma especial respecto a Boroday, quien había dicho “en Donetsk no somos comunistas”, y remarcando que el camino de la Nueva Rusia no tiene que ser “el socialismo puro” sino un “socialismo modelo chino”. Este hombre se llama Boris Litvinov y ha sido siempre un militante comunista, tanto en el PCUS como en el Partido Comunista de Ucrania tras la desaparición de la URSS. Litvinov es uno de los autores intelectuales de la revuelta popular del Donbás tras el golpe del Maidán y un activo luchador antifascista. Es uno de los redactores de la Declaración de Soberanía de la RPD y de la Constitución, en la que se recoge el reconocimiento de la propiedad privada pero dando “prioridad a las formas colectivas de la propiedad”.

Sin embargo, no todos los actuales dirigentes piensan igual. Es el caso de Oleg Tsarev, un antiguo miembro del Partido de las Regiones de Yanukovich, y presidente del parlamento de Nueva Rusia. Este es el promotor del nuevo emblema, la bandera zarista aunque invertida (negro, amarillo y blanco en vez de la original blanco, amarillo y negro) bajo la que desfilan las milicias y que está siendo asumida cada vez más como la bandera del futuro estado, relegando la tradicional (roja con la cruz de San Andrés azul) a emblema de las Fuerzas Armadas de Nueva Rusia. Tsarev tiene lazos claros con sectores oligárquicos y es uno de los redactores de la Constitución de Nueva Rusia en la que, a diferencia de la de Donetsk, no se apuesta por una u otra forma de propiedad sino que se simplemente se dice que “se protegerán por igual todas las formas de propiedad”. Tsarev defiende a capa y espada las conversaciones de Minsk, aunque es consciente de que con el texto actual no se puede hablar de Nueva Rusia y ni siquiera de todo Donetsk y Luganks dado que la autonomía ofrecida por Kiev se limita sólo a la zona que controlan las milicias y es temporal. No sólo eso, sino que puede decaer en cualquier momento por una decisión presidencial de Poroshenko.

 Por no hacer más largo este análisis, hay que hablar de otro movimiento extraño protagonizado por varios comandantes de las milicias que han vuelto a demostrar que dentro de ellas hay varias tendencias y, tal vez, ambiciones personales. Uno de ellos es el comandante del Batallón “Vostok”, Alexander Jodakovski, que ya estuvo implicado en un intento de negociación con la junta neonazi de Kiev que fue abortado por Strelkov cuando se retiró de Slavianks (ver análisis aquí). Jodakovski y otros tres comandantes de milicias decidieron el 16 de septiembre crear las Fuerzas Armadas de Nueva Rusia colocando al frente de ellas a un desconocido general. La sorpresa por este movimiento fue general, puesto que nadie sabía nada al respecto. Una de las sorpresas es que se ha dejado fuera a uno de los comandantes más críticos con el acuerdo de cese el fuego, Alexei Mozgovoi, y azote de los oligarcas. Este es el documento de creación de las FANR.


Todo ello se junta con la campaña de desprestigio que se está haciendo ¿por parte de quién? contra Igor Strelkov, que anda desmintiendo un día sí y otro también tanto su muerte como conspiraciones en las que estaría metido. Strelkov dio hace unos días una rueda de prensa en la que arremetía contra el acuerdo de Minsk, afirmaba que no hay que participar en la estrategia contra Rusia y denunció la existencia de una quinta columna en el Donbás que ha estado, y sigue, negociando con la junta neonazi de Kiev.

Hay muchas teorías sobre lo que está pasando dentro del movimiento popular del Donbás y, como os he dicho, muchas noticias que aparecen, se confirman o niegan. Aún es pronto, al menos para mí, interpretar todo esto. Pero en medio de la tormenta ha aparecido una buena noticia. Tarde, pero ya era hora: se está estudiando en serio la posibilidad de tener moneda propia y se están diseñando los billetes. Estos son algunos de los proyectos.



El Donbás es rico, produce la cuarta parte de todo el Producto Interior Bruto de Ucrania, por lo que su independencia es factible. Tiene en sus manos las oficinas del Banco Nacional de Ucrania y de la Oficina Regional del Tesoro, con sus recursos, muchos o pocos, y hasta ahora no se habían decidido a dar este paso. Otra muestra de las tensiones existentes. Pero se ha dado, y eso es interesante. En los diseños de la nueva moneda, que se llamará “nuevo rublo” o similar, aparece una clara mezcla de las tensiones y de la lucha de clases: el primer billete recoge la imagen de la Tumba de Saur, un monumento a la victoria soviética sobre los nazis en la II Guerra Mundial y donde están los nombres de los soldados muertos en esa victoria, y el segundo al efigie de Georgy Sedov, explorador del Ártico que nació en Donetsk.

El Donbás tiene la suficiente entidad para ser independiente si Nueva Rusia se constituye finalmente. Tendría un nivel comercial equiparable, o superior a países que hoy son parte de la UE como Macedonia o Estonia, entre otros. Pero no todo el mundo dentro del Donbás está por la labor. Esa es la tormenta que existe y veremos si después de la tormenta viene la calma. 


El Lince

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