viernes, 22 de agosto de 2014

Todos los indecentes contra la decencia y la resistencia

Árabes, Israel, EEUU, la Unión Europea… todos, al unísono, lanzan acusaciones: Hamás es culpable, no quiere ningún acuerdo. ¿Y por qué? Porque mantiene como puntos irrenunciables cosas tan básicas como éstas aunque sí mostró disposición a moderarlas para dejar estas reivindicaciones. De todas ellas hay una que se ha convertido en el quid de la cuestión: el puerto marítimo. Para todo el mundo es inaceptable, aunque los movimientos que se están produciendo son de tal calibre que no es descartable que se imponga a Hamás una solución de la mano de la ONU.

Y vosotros, vosotras, incautos, incautas, diréis: si la ONU está detrás, la cosa no es mala. ¿De veras? ¿Hace falta recordar lo que ha hecho la ONU por Palestina? Sí, alguien podrá recordar las decenas de resoluciones aprobadas, pero nadie podrá recordar que ni una sola ha sido obligada a cumplir por Israel. ¿Por qué es malo que la ONU imponga un acuerdo? Esta es la amenaza que los colaboracionistas de la llamada Autoridad Palestina han trasladado a Hamás, que era mejor firmar el plan propuesto por Egipto que aceptar la presencia de la ONU. Pero no hay diferencia entre uno y otro salvo en una cosa: la presencia de fuerzas internacionales (o sea, de los países árabes aliados de Israel y de los occidentales, también aliados de Israel) para garantizar el cese el fuego y el control de los palestinos que utilicen los pasos fronterizos, sobre todo el de Rafah.

Pero resulta que esto ya fue propuesto hace dos años, tras la anterior agresión del Israel fascista contra Gaza, en 2012, por los colaboracionistas de la AP. Es más, entonces quien se hace pasar por presidente palestino, Abbas, se lo ofreció… ¡a la OTAN!

El otro día me topé con una noticia simpática: resulta que un periódico sionista había publicado que Hamás ha puesto en marcha un complot para dar un golpe de Estado y derribar a la AP. Tamaña estupidez no es más que eso, una estupidez pero héte aquí que Abbas ha ordenado una investigación a sus fuerzas de seguridad para que investiguen qué hay de verdad en esa noticia. Podéis leerlo aquí.

Hay un acuerdo de unidad que se firmó en abril, en ese acuerdo Hamás cede en muchas cuestiones como en la presencia de policías de Ramala en Gaza –y han colaborado en innumerables ocasiones con Israel en la detención de resistentes y militantes de Hamás-, aunque quedaba un fleco por acordar como el de la presencia de policías de Hamás en esas fuerzas de seguridad de Gaza, y había aceptado, también, que el gobierno de unidad fuese de tecnócratas y no político. Sin embargo, ahora Abbas tiene miedo. Miedo de la popularidad de Hamás, miedo a que se produzca una nueva votación masiva a favor de Hamás. Por eso se cree las patrañas fascistas israelíes y actúa en consecuencia. Una pregunta está circulando por Gaza: ¿por qué Israel no logró asesinar a ningún relevante jefe militar de Hamás durante la ofensiva y sí cuando se comenzó a discutir en El Cairo? La respuesta en Gaza es: por chivatazos. Por eso Hamás ha anunciado la ejecución de tres soplones y la detención de otros tres.

Abbas cuenta, también, con el apoyo de los reaccionarios árabes. Si en un primer momento alentaron la matanzade Israel y luego se vieron obligados a dar unpar de pasos para atrás ante la magnitud de la matanza, ahora vuelven a la carga contra Hamás. El príncipe saudita Turki al-Faisal ha vuelto a la carga diciendo que Hamás tiene que ser sustituido en el liderazgo palestino, en Kuwait hay una desaforada campaña de prensa diciendo que las demandas de Hamás no son realistas (¿?) y que lo que en realidad pretende es “avergonzar a Egipto y eliminar a la AP” (sic), y los periódicos árabes editados en Londres, que pasan por ser los más “progres” –lo siento, me encantan los “progres”- se desgañitan afirmando que Hamás “tiene que abstenerse de justificar el bloqueo como la razón de su fracaso moral y político” (sic). Como si el bloqueo no fuese una violación de cualquier norma internacional y así llevan los habitantes de Gaza la friolera de siete años. No entra ni una aguja, pero eso no es ninguna razón para los “progres” árabes, que sólo ven una incapacidad manifiesta de Hamás para gobernar. Ya habrá ocasión de referirse a la línea política de Hamás, pero ahora eso es totalmente secundario.

No tengo tiempo para más, pero hoy Abbas se reúne con el jefe de Hamás en la capital de Qatar. Será interesante conocer la trastienda de este encuentro, con independencia de si se llega a algún acuerdo o no.

Como de costumbre, mi homenaje a los asesinados por el régimen fascista de Israel con la connivencia y amparo de EEUU, la Unión Europea y los regímenes reaccionarios árabes. Estos eran sus rostros, vidas y esperanzas antes de que fueran segadas por la barbarie sionista y sus valedores.


Ali Mohammed Al-Daif,  7 meses 


Ali Shihda Abu Afash,  36 años


Simone Camilli,  de 35 años, era fotógrafo italiano


 Ezzat Dheir , 23 años


Bashir Ibrahim al-Hajjar, 52 años



Hany Adel Abu Hashish,  23 años


Salah Ahmed Hassanein,  45 años


Ahmad Ibrahim Shbeir, 24 años


Khalil Nasser Aita Wishah, 20 años


Ahmad Sulliman Sahmoud,  34 años

Asesinos, asesinos de razones, asesinos de vidas que nunca, nunca tengáis reposo a lo largo de vuestros días y que en la muerte os persigan nuestras memorias, memorias.




El Lince

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